La llegada del COVID-19 a El Salvador viene a revelar las problemáticas socioeconómicas estructurales del país, entre ellas, la prevalencia de la informalidad y el subempleo, lo cual coloca a la población más vulnerable en la situación de tener que decidir entre su seguridad en salud y su seguridad de ingresos.
La crisis económica que ya se empieza a percibir, demanda la apertura de un debate profundo acerca de la actividad productiva, la situación de las finanzas públicas y de la necesidad de un sistema de protección social universal.