18.07.2021

La esperanza de El Salvador… son los hijos de “El Salvador”

La religión es el suspiro de la criatura oprimida, el corazón de un mundo sin corazón, el espíritu de una situación de espíritu. Es el opio del pueblo. Karl Marx.

Durante la breve historia de El Salvador como república en estos doscientos años, el autoritarismo siempre ha motivado al surgimiento de las revueltas populares. Al referirnos al pueblo en la acción popular en la lucha justa por sus reivindicaciones sociales, sin duda alguna podemos retomar la “iluminación” de la religión o religiosos comprometidos con métodos de formación y concientización de ese pueblo. 

Podemos referirnos a los “próceres” de la patria que, con el repicar de las campanas de la Iglesia Nuestra Señora de la Merced (San Salvador) en 1811, hacían el llamado a la autonomía de Centro América, en escritos de Jose Matías Delgado: 

“Oid, en este sagrado lugar la voz consoladora de vuestro párroco. Yo que os he acompañado en todas vuestras tribulaciones, que no os he desamparado aun en los momentos más amargos, que siempre me visteis con vosotros en las calles, en las Plazas, en las habitaciones domésticas, en este sagrado templo implorando las clemencias del Señor. Que arrastrado del torrente impetuoso de las convulsiones populares que desgraciadamente arrastraron a esta ilustre Ciudad... Hombres atrevidos os han deslumbrado con falsas ideas de bienes aparentes y os condujeron al precipicio…”

Siguiendo la historia, fue el Indio Anastasio Aquino en 1832, quien le quitó la corona a la Imagen de San José de la Iglesia el Pilar (San Vicente) y colocándola fue renombrado Rey de los Nonualcos por los rebeldes. Un siglo después (1932), las condiciones de vida en El Salvador habían cambiado.

Si bien las injusticias sociales y los movimientos comunistas habían motivado al pueblo a las luchas insurgentes, los movimientos de resistencia en El Salvador llegaron a cargo de Feliciano Ama. Desde su labor como Mayordomo Indígena de la Cofradía Católica del Corpus Christi en Izalco (Sonsonate), Ama impulsó a los pueblos a la resistencia y rebeldía.

En los años de movilizaciones sociales y de la guerra en El Salvador, la Iglesia Católica motivó a campesinos y obreros a incorporarse en las demandas de cada uno de sus sectores. Las vertientes de lucha más radicales se concentraban en la Teología de la Liberación. No obstante, existían sistemas más conservadores, como los Humanistas Cristianos Obreros, quienes seguían la visión del Papa León XIII en su encíclica Rerum Novarum. De estas vertientes de la fe surgen los mártires de las Iglesias comprometidas que llevaron a Monseñor Romero a manifestar un giro radical en sus posturas y hace el llamado a organizarse desde el cristianismo,

“Que se den cuenta, hermanos, de los caminos por donde la Iglesia va enseñando a sus hijos, cuando en sus opciones personales son libres de incorporarse a las agrupaciones que quieran; pero si quieren llevar su nombre cristiano a esas agrupaciones tienen que llevar muy hondo en su corazón estos sentimientos de las bienaventuranzas.”

Las posturas de la fe ante el autoritarismo de hoy

Hoy en día, las denominaciones de la fe en Cristo siguen siendo las organizaciones del sector del pueblo con más miembros. En algunos casos, estas han guiado a sus afines a una apertura mental y social de la Iglesia, en otros simplemente han convertido a sus fieles “en simples seguidores” del pastor o líder.

Con la llegada del Gobierno de Nayib Bukele (2019) y la arrolladora victoria de sus partidos políticos en la Asamblea Legislativa y Municipalidades (2021), el fenómeno del miedo ha obligado a los movimientos tradicionales a bajar la guardia y a bajarle volumen a su voz. Pareciera que el pasar desapercibidos es mejor en estos momentos. Claro que siempre existirán esas minorías que impulsan sus críticas ante el autoritarismo evidente y se convierten en un molesto ruido para el gobierno.

Como la historia lo ha señalado antes, el pueblo sigue teniendo fe y esperanza, aunque en algunos casos la luz logra nublar la necesidad de avance de un pueblo… Las voces unificadores tienden a surgir de la oscuridad.

Veamos  el caso del Padre Miguel Vásquez, quien en el año 2020 impulsó sus críticas contra la militarización de algunos pueblos de Chalatenango por órdenes de la presidencia. Este año (2021) volvió a ser noticia cuando criticó a los partidos pro-gobierno por la compra de votos electorales. Estas posturas han ocasionado amenazas de muerte que el párroco menciona con cierto grado jocoso: "Si yo ya tengo hasta mi tumba hecha. Con la cruz y todo".

Esto podría ser un hecho aislado pero es así. Las iglesias Luterana, Anglicana, Calvinista, Bautista y Católica han estado encabezando y luchando por la ratificación del derecho humano al agua por medio de la unión de sectores civiles.

Al mismo tiempo, las Iglesias Cristianas Evangélicas más progresistas emiten, desde su análisis de la fe, posturas sobre la realidad nacional. El Pastor Mario Vega de la Misión Cristiana Elim, dice en una entrevista: 

“No puede perdurar (la ilusión) y la misma historia lo demuestra. Los 200 años de historia de independencia muestran los ciclos entre autoritarismos y levantamientos populares. Y por eso la Iglesia hace tanto énfasis en el tema del diálogo, de la comprensión, de que las personas puedan tomar actitudes más sensibles hacia sus semejantes y entender que solo juntos podemos superarlas.”

De una forma u otra los movimientos tradicionales religiosos están motivando a diferentes organizaciones que impulsan modelos de resistencia social. Términos como Comunidades Eclesiales de Base, Humanistas Cristianos, Mártires de la Fe, Teología de la Liberación están resurgiendo. Sin embargo, existen también tendencias más recientes como Generación Romero, la cual recoge las enseñanzas del pastor y santo.

“Debemos estar claros desde el principio de que la fe cristiana y la actuación de la Iglesia siempre han tenido repercusiones socio-políticas. Por acción o por omisión, por la connivencia con uno u otro grupo social los cristianos siempre han influido en la configuración socio-política del mundo en que viven. El problema es cómo debe ser el influjo en el mundo socio-político para que ese influjo sea verdaderamente según la fe.

Como primera idea, aunque todavía muy general, quiero avanzar la intuición del Concilio Vaticano II que está a la base de todo el movimiento eclesial en la actualidad. La esencia de la Iglesia está en su misión de servicio al mundo, en su misión de salvarlo en totalidad, y de salvarlo en la historia, aquí y ahora. La Iglesia está para solidarizarse con las esperanzas y gozos, con las angustias y tristezas de los hombres. La Iglesia es, como Jesús. Para "evangelizar a los pobres y levantar a los oprimidos, para buscar y salvar lo que estaba perdido"

A doscientos años de autoritarismos y exaltaciones populares, la fe en El Salvador sigue resurgiendo en las luchas populares.

Escrito por: Luis Rafael Moreira Flores (Rafa Moreira). Agente de Cambio 2008.

Referencias

Discurso de Mons. Oscar Arnulfo Romero al recibir el doctorado honoris causa por la Universidad de Lovaina, pronunciado el 2 de febrero de 1980, 50 días antes de su asesinato. Considerado como su testamento teológico y político, este texto nos da lo esencial de su lectura del Evangelio y de su vida de fe. 

Lúdica Política - una revista de Agentes de Cambio

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