Friedrich-Ebert-Stiftung en América Central

22.09.2023

China Kichá, aferrada a sus raíces, lucha por recuperar la tierra

El 5 de enero de 1957 se estableció la Reserva Indígena de China Kichá con una extensión de 7 000 hectáreas. Pero, en 1982, el gobierno de Rodrigo Carazo lo disolvió argumentando que la población cabécar se había dispersado o migrado a otros lugares, y que, ya no quedaba población indígena.

Doris Ríos es una lideresa indígena que, desde hace varios años, lucha por la recuperación del territorio China Kichá, comunidad del pueblo indígena cabécar, ubicada en el cantón de Pérez Zeledón. El 8 de mayo de 2023, ella y 11 mujeres más, recibieron el “Premio Internacional Mujeres Valientes”, otorgado por los Estados Unidos de Norteamérica por su “excepcional valentía, fortaleza y liderazgo en la defensa de la paz, la justicia, los derechos humanos, la equidad e igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres”. Doris colocó la placa que le entregaron en un mueble de madera ubicado en la sala de su casa.

China Kichá, significa “raíz de naranja”. Precisamente, este territorio busca alimentar sus raíces, sostener su identidad y cuidar de la Madre Tierra con sus saberes ancestrales. En este lugar, de tierras rojizas, la comunidad trabaja por su seguridad alimentaria y las casas están rodeadas de plantíos de café con sombra, donde también hay bananos, naranjas y uno que otro árbol de cacao.

Doris abre las puertas de su casa y de su vida para compartir la historia de resistencia en la recuperación del territorio de China Kichá usurpado por empresarios poderosos y terratenientes. Doris es una mujer excepcional, espontánea y auténtica, valiente y empoderada. De su abuela recibe la sabiduría y aprendió a ser solidaria y humana, menciona. 

China Kichá no es un territorio violento, como se ha querido hacer ver, simplemente ha hecho uso de su derecho legítimo a la protesta y enfrentar al Estado para defender sus derechos”, asegura Doris.

Doris se valora como una mujer indígena defensora de la Naturaleza y activista en el proceso de reivindicación del derecho al territorio.

Desde hace muchos años no teníamos nuestras tierras. Sí se decía que era territorio indígena, pero en la realidad, no teníamos la parte territorial y eso nos traía muchos problemas”.  

La lideresa indígena añade que, en China Kichá, el proceso de recuperación de tierras no empezó hace cuatro años -cuando realizaron las primeras recuperaciones- sino desde que se les reconoció como territorio indígena en el año 2001.

Al tener reestablecido el territorio pensamos que habíamos obtenido todo, que el gobierno nos iba a dar el territorio; pero pasaron los años y la situación, era más difícil para quienes vivíamos dentro del territorio. No teníamos acceso a las tierras y eso no nos permitía tener la seguridad alimentaria, ni acceso a nuestros recursos naturales”.  

Un decreto ejecutivo del gobierno de José Figueres Ferrer publicado en la gaceta del sábado 5 de enero de 1957, estableció la Reserva Indígena de China Kichá con una extensión de 7 000 hectáreas. Sin embargo, en 1982, el gobierno de Rodrigo Carazo anuló ese decreto argumentando que la población cabécar se había “dispersado o migrado progresivamente a otros lugares, de tal manera que a partir de los años 1970 y siguientes, ya no quedó prácticamente población indígena”.

Para la Comisión Nacional de Asuntos Indígenas (CONAI) y el Instituto de Tierras y Colonización (ITCO), actualmente Instituto de Desarrollo Rural (INDER), la Reserva Indígena de China Kichá ya no tenía motivo de existir. Ambas instituciones omitieron que, la Ley Indígena de 1977, establece que estos territorios son “inalienables e imprescriptibles, no transferibles y exclusivos para las comunidades indígenas que los habitan”. A pesar de esto, se dio un proceso de compra y venta de propiedades por parte de personas no indígenas.

En 2001, el gobierno del expresidente Miguel Ángel Rodríguez restableció una parte del territorio China Kichá al redefinir una extensión de apenas 1 100 hectáreas. Cinco años después, se creó el Plan de Recuperación Indígenas el cual busca reubicar e indemnizar a las “personas no indígenas propietarias o poseedoras de buena fe” de propiedades ubicadas en estos territorios, antes de que fuesen re-declarados indígenas. En caso de invasiones ocurridas posteriormente, las autoridades deben proceder al desalojo, sin pago de indemnización.

En  este comunicado  de la Presidencia de Costa Rica, publicado el 17 de mayo de 2021, el ex viceministro de la Presidencia en Asuntos Políticos y Diálogo Ciudadano, Sr. Randall Otárola, manifestó que no existe “ningún Decreto o Proyecto de Ley que pretenda ampliar las dimensiones territoriales de China Kichá” más allá de las 1 100 hectáreas restablecidas en el 2001.

La recuperación es más que una extensión territorial

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La recuperación del territorio de China Kichá es más que una extensión territorial, explica Ríos. “Es el principio de nuestra identidad porque tenemos una conexión y una relación muy cercana con la Madre Tierra. No es una cuestión de extensión, es parte de la identidad, de nuestra sabiduría, del conocimiento que podemos heredarle a nuestras futuras generaciones”.

Doris agrega: “Queremos hacer un proceso completo donde no solamente recuperamos extensión de tierra, sino nuestra identidad, idioma, conocimientos ancestrales en la forma de cómo se siembra, cómo hacemos nuestros ranchos”.

La recuperación de la tierra está estrechamente vinculada a la cosmovisión y espiritualidad indígena. La tierra, menciona Doris, les permite contar con un espacio de convivencia con las personas mayores de la comunidad, a quienes considera científicas, porque les transmiten las costumbres y saberes ancestrales. Además, les facilita convivir con otros territorios, realizar festivales, intercambios e impulsar una economía desde la visión indígena para rehabilitar aquellos conocimientos relacionados con la siembra del maíz y cacao.

La recuperación también implica la enseñanza del idioma cabécar para que no desaparezca.Un profesor del territorio se encarga de esta noble tarea todos los sábados. Este proceso cuenta con el acompañamiento de la Universidad Nacional de Costa Rica (UNA). “Si no logramos rehabilitar nuestro idioma, no hemos logrado nada, porque es el pulmón del proceso que llevamos”.

Territorio matrilineal

La cultura China Kichá es matrilineal. Son las mujeres las que heredan el clan.

En este tema de la recuperación de las tierras, las mujeres nos sentimos con la responsabilidad de heredar no solamente tierra, sino conocimiento, y el valor que significa. En la visión indígena, la tierra es una mujer, es la que nos abriga, la que nos da amor, la que nos da vida. Creo que esa conexión de la mujer ha sido muy importante en China Kichá cuando vemos compañeras hablando de lo que es recuperación”.  

Doris narra que, durante los procesos de recuperación, las mujeres han tenido que poner de muro sus cuerpos y defenderse con la palabra. Doris dice que su mayor miedo son sus hijas e hijos, quienes también han sido parte de las luchas. El miedo les ha invadido, pero no las ha dejado inmóvil, sino las ha hecho más fuertes. Es mejor enfrentar sus temores que quedarse sin tierras.

El 16 de febrero del 2022, el territorio indígena China Kichá, conformó su Instancia Territorial de Consulta Indígena (ITCI), un instrumento jurídico, establecido en el “Mecanismo General de Consulta a Pueblos Indígenas” (MGCI), que manda al Estado a consultar a los pueblos indígenas, de forma libre, previa e informada, cada vez que se prevean medidas administrativas y proyectos susceptibles a afectarles. 

La elección se hizo a través de un proceso interno de decisión comunitaria y participativa, acorde a lo establecido en el Artículo 21 del Mecanismo General de Consulta Indígena. Según este, los pueblos indígenas tienen la facultad de elegir esa instancia de acuerdo a sus propias costumbres, criterios internos y particularidades culturales.

En Costa Rica existen 24 pueblos indígenas y territorios habitados por ocho grupos originarios: Huetar, Maleku, Bribri, Cabécar, Brunka, Ngäbe, Bröran y Chorotega, quienes representan el 2,4% de la población costarricense.

Para Doris Ríos, pese al avance en la recuperación del territorio, el desafío que siguen enfrentando es: “el no reconocimiento del Estado a los derechos de los pueblos indígenas, como el saneamiento territorial”. Sin tierras, sostiene Doris, los pueblos indígenas posiblemente desaparezcan porque la tierra es su esencia.

Hasta que llegue un Gobierno y realmente cumpla con lo que tiene que cumplir que es entregarles las tierras a los territorios indígenas, entonces podemos decir que terminó la problemática y, con este gobierno, tenemos claro que no va a ser posible”, finaliza Doris.