Friedrich-Ebert-Stiftung en América Central
Panamá: La memoria de la segregación en resistencia
Dice el filósofo Darío Sztajnszrajber que nuestra identidad es un relato literario, que apuesta al arte como canal para comunicar. Esto, ante las contradicciones y dificultades que presentan las ciencias para encontrar un consenso sobre este tema. En Panamá, este relato además, encuentra graves problemas por la dispersión de datos y porque a la vez, este relato, en gran medida del vencedor, está minado de agujeros e inconsistencias. Un país cuya historia parece tan dorada como las toneladas de oro que transitó por sus estrechos, pero a la vez tan oscura y sombría cómo los acuerdos y tratados que avergonzaron a los mismos que se apropiaron de estas riquezas.
Este, que no pretende ser un artículo académico, ni mucho menos histórico, es apenas una catarsis en el marco del bicentenario de la separación de Panamá de España, de un joven egresado del programa Agentes de Cambio de Panamá (2005) que ha transitado su vida entre aulas, bibliotecas, comunidades y diversidades humanas. Sobre todo, se ha movido entre preguntas y cuestionamientos del hoy y mañana, cuyas respuestas están en el pasado, pero apenas las ha encontrado en pistas dispersas de libros y relatos, en su mayoría, no oficiales.
Una condena geográfica
Panamá es un país ubicado en el centro del continente americano, en la zona más estrecha de la región, bañado por el Océano Pacífico y el Mar Caribe, lo que supone una posición geográfica privilegiada por dónde han transitado distintas formas de vida; animal, vegetal, pueblos nativos, colonizadores, invasores, saqueadores y gobiernos.
A lo largo de la historia conocida, al menos en los textos al alcance, este país y lo que entendemos de este como república, es el resultado de esta posición geográfica cuyo mérito está consolidado sobre todo en lo económico y claro, lo militar.
La invasión colonial
Con la llegada de la invasión Europea a América hacia 1492, y lo que le correspondió a Panamá por fuerza y por colonia de parte España hasta 1821, este istmo se transformó dramática y violentamente de ser una zona habitada por tribus indígenas diversas, en una zona colonial predominantemente criolla. Los grupos originarios se colocaron al margen de esta nueva idea territorial, reducidos a ser minoría y expulsados a las periferias de las nuevas ciudades.
Si bien la conformación demográfica de Panamá como ya hemos visto, es compleja desde su comprensión histórica, está en gran medida determinada por un factor colonial y de segregación. Teniendo además presente que entre los años 1600 y 1700, se establecieron en el caribe panameño, los principales puertos regionales para el tráfico internacional humano provenientes de África, así como de especias y otras mercancías de distintas partes del mundo.
De España a la Gran Colombia
Entre 1821 y 1903, Panamá atravesó un camino complejo para definir su lugar en el concierto de naciones que surgirían a partir de las separaciones, en este caso, de la colonial corona española. Con la separación de Panamá de España en 1821, esta pasó a ser parte de la Gran Colombia y de los sueños libertadores de Bolívar. Sin embargo, en la práctica, la espera que tomó 82 años y fracasos como el Canal Francés y la guerra civil entre liberales y conservadores dificultó estas aspiraciones.
En este periodo, Panamá se convirtió en un territorio de segregación del desarrollo. Esta vez, no fue de pueblos criollos contra pueblos indígenas; sino del istmo pantanoso al margen de Bogotá. Las demandas de generaciones quienes llevaban sus vidas esperando el reconocimiento del sur, aún siendo geográficamente centroamericano, siempre cayeron en oídos sordos. Y por alguna razón difícil de precisar, estos mismos enajenamiento del resto de Centroamérica, apenas pudo expresarse en la delimitación territorial que entró en conflicto para el año 1921 entre Costa Rica y Panamá.
La oportunidad de Panamá, no de la Gran Colombia
La disposición del territorio panameño para la Gran Colombia como producto de alto valor para las negociaciones con EEUU y Francia, entre otros estados poderosos, para la construcción del ferrocarril interoceánico y el Canal Francés, trajo consigo la idea de que Panamá podría convertirse en una gran metrópoli próspera como las grandes ciudades europeas cuyas nostalgias reposan hoy en la configuración de la aún existente Ciudad de Colón.
Y es que precisamente, por algunos años lo fue. Ciudad de Colón, bautizada en algún momento como “Aspinwall” o la “Tacita de Oro”, fue la ciudad neo colonial producto de las negociaciones con Francia para la construcción del Canal de Panamá. Su diseño e infraestructura contiene los detalles y acabados de la majestuosidad imperial de la Francia, quienes habían logrado la osadía del Canal de Suez. Sin embargo, una vez más se convirtió en zona de segregación.
La mano de obra, negra, colonizada, neo esclavizada, traída por Francia para repetir la hazaña en Egipto, no compartiría las mismas condiciones laborales ni de vida que sus colonizadores blancos. Mismas condiciones que se mantendrán y empeorarán con el fracaso del intento de construcción del canal en 1889 y la llegada de los Estados Unidos, quien sí lo lograría en 1914, con mano de obra migrante, diversamente racial y precarizada.
Resulta curioso y además vale la pena destacar, el papel del primer líder indígena y guerrillero del continente, que surge precisamente del desplazamiento de las montañas de Panamá y es producto de la segregación histórica; Victoriano Lorenzo. Un hombre que recoge en su beligerancia el reconocimiento e independencia de Panamá, pero a partir de sus propias demandas como pueblo.
Victoriano Lorenzo, el problema de EEUU
Victoriano Lorenzo se hace parte del conflicto armado entre liberales y conservadores, guerra que en sus múltiples demandas, para el caso de Panamá, exigirá la ruptura con la Gran Colombia y la conformación de un nuevo estado autónomo y soberano. Sin embargo, y para mala fortuna de la historia y de Victoriano Lorenzo y sus seguidores, Estados Unidos interviene en el conflicto, condicionando la independencia de Panamá a la disposición político militar de la franja logística para la construcción del canal.
Dicho evento propicia la eliminación de Victoriano Lorenzo, y con esto, sus aspiraciones a un estado autónomo. El guerrillero indígena es traicionado, apresado y fusilado en Mayo de 1903, mismo año que Panamá declara su independencia de Colombia y la ahora no reconocida oficialmente, dependencia de Estados Unidos.
Entre 1903 y 1971, la memoria de Victoriano Lorenzo fue ocultada y manipulada, tanto por escritores de relatos oficiales como por quienes ejercieron el poder desde entonces en Panamá, de la mano de Estados Unidos. Esto fue una clara manifestación del entendimiento del papel y el discurso de Lorenzo en sus aspiraciones a la construcción de una identidad como pueblo y como república autónoma.
Varias generaciones crecieron con la idea de que este guerrillero indígena había sido fusilado justificadamente para dar paso a la independencia de Panamá de Colombia, así como a la construcción sin objeciones del Canal de Panamá por parte de Estados Unidos y la puesta en marcha del tratado Hay - Bunau Varilla. Dicho tratado concedió a perpetuidad el control de EEUU sobre el territorio panameño, donde se encontraría el Canal de Panamá, y la recuperación de pérdidas económicas de Bunau Varilla por el fracaso del Canal Francés.
En efecto, para Victoriano Lorenzo, desde su lugar hasta su fusilamiento, la firma de una independencia de Panamá de Colombia a bordo del buque norteamericano “Wisconsin” era absolutamente reprochable e inconcebible. Sin embargo, y producto del reclamo insistente de varias generaciones siguientes, sobre todo jóvenes, como los del 9 de enero de 1964, por lograr la salida de la injerencia de Estados Unidos sobre Panamá, esta pudo ser alcanzada a través de la firma de los nuevos tratados Torrijos - Carter en 1977 que obligó la salida de Estados Unidos de Panamá el 31 de diciembre de 1999.
La dependencia de Panamá con Estados Unidos
Sin embargo, y para alerta de esta propia historia, este mismo tratado contiene una cláusula de “neutralidad” en la que Estados Unidos se atribuye el derecho de intervenir en Panamá cuando lo considere, a su propio criterio, necesario. Esto explica el episodio más oscuro de la historia del país centroamericano: la invasión militar de Estados Unidos a Panamá el 20 de diciembre de 1989. De dicho crimen aún se desconoce la cifra oficial de muertos y desaparecidos.
Este proceso ha sido ampliamente abordado por el antropólogo guna Arystides Turpana, el sociólogo Olmedo Beluche, entre otros. Ellos destacan como este fenómeno de transformación y exterminio de la identidad territorial abona al problema de la identidad nacional y lo que podríamos entender en el imaginario colectivo como república. La consolidación de una idea de “país de tránsito” deja abierta la posibilidad inminente de cualquier cambio a merced de quien lo determine conveniente.
Hacia una memoria histórica con pensamiento crítico
Panamá sigue siendo un país atrapado en la segregación, ya no solo de su propio desarrollo o una desigualdad marcada entre rascacielos y casas de cartón, sino de su propia historia. Historia que sigue siendo, y además de manera oficial, contada por quienes ostentan el poder y las riquezas. Reduciendo a meros relatos místicos, las historias del exterminio indígena, de la nueva colonialidad, de la vergüenza de Bogotá, de la dependencia de Estados Unidos.
Nuestra apuesta generacional es a la memoria histórica, al pensamiento crítico, a desmontar y comprender en toda su complejidad, la forma y el fondo en que hemos sido construido como pueblo, como sociedad y como nación. Panamá es apenas un ejemplo de cómo se explota y conduce un país al servicio de los poderes. Sin embargo, dentro de estos propios países existen quienes resisten, quienes plantean un paradigma distinto, un contra relato, del que todas y todos podemos aprender para la solidaridad entre los pueblos.
Nuestra propuesta
Por lo antes descrito, hemos dispuesto la producción de una serie podcast denominada “Panamá, juventudes en la historia”: un espacio de abordaje y reflexión sobre los principales hechos que atravesó el istmo de Panamá en los últimos 200 años. Nuestra intención es contar con la participación y posición de jóvenes, mujeres, grupos de la diversidad sexual, entre otros, en la búsqueda de respuestas y consensos sobre la recuperación y preservación de la memoria histórica, así como de los aprendizajes de esta para la construcción de una sociedad con justicia social.
Por Aris Rodríguez. Agente de Cambio, Panamá. 2005.