11.11.2025

¿Somos las personas jóvenes el futuro del mundo?

Es una pregunta que me he hecho por mucho tiempo. ¿Qué tanto se ha normalizado el escuchar esas palabras a diario? Son palabras que vienen de personas adultas que piensan dejarnos un mundo en caos, y que, además, esperan que lo arreglemos, “porque es nuestra responsabilidad”.

Vivimos en un mundo regido por distintos sistemas: monarquías, regímenes autoritarios, repúblicas, democracias.  Sin importar de qué país somos, cuál sea nuestra raza, religión, clase social o idioma, hay un punto en común al crecer y madurar. Si eres el o la mayor de tus hermanos y hermanas, te convertís en el ejemplo. Si eres hijo o hija única, eres el rostro de tu familia. En general, las personas adultas siempre esperan lo mejor de uno. 

Pero… ¿acaso no fueron adolescentes en algún momento? ¿ ¿No cometieron errores, o se cuestionaron si lo que hacían les gustaba o era solo presión familiar? Son preguntas que, quizás,  jamás tengan una respuesta honesta, o simplemente, nunca serán contestadas. 

Ahora, vayamos a los datos científicos. A veces los números nos dan más información que las palabras, porque en este mundo capitalista, a muchas personas adultas solo les importan los datos.

¿Nos estamos victimizando?

No.

Estamos alzando la voz a tiempo. Queremos que nos escuchen. No necesitamos palabras vacías de quienes piensan que “solo lo hacemos para llamar la atención”.

Los estudios más recientes lo demuestran:

Según Unicef, el 34 % de adolescentes y jóvenes entre 13 y 35 años experimentan ansiedad, y el 45 % perciben el futuro de manera pesimista. Además, datos de la Tercera Encuesta Nacional de Juventudes del 2018 revelan que más del 40 % de la población joven reporta haber sentido ansiedad, tristeza profunda o irritabilidad en el último año anterior a la realización de la encuesta.

Lo anterior es solo a nivel nacional. A nivel mundial, los datos también son preocupantes:

Una de cada siete personas adolescentes padece una afección de salud mental. La depresión, la ansiedad y los problemas del comportamiento son las principales causas de enfermedad y discapacidad en este grupo de edad. El suicidio es la tercera causa de muerte entre la gente joven de 15 a 29 años(https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/adolescent-mental-health)

Voces guanacastecas alzan la voz

Las personas jóvenes de la provincia de Guanacaste, Costa Rica, expresan su preocupación y descontento ante la falta de atención a sus necesidades en tres áreas clave: política, empleo y ambiente. A través de un cuestionario que se compartió por Whatsapp,en el mes de agosto, compartieron su perspectiva sobre la realidad que enfrentan y las posibles soluciones.

Política: Sentimiento de exclusión

La mayoría de las personas jóvenes consultadas coinciden en que sus voces no son escuchadas por los liderazgos políticos de la provincia. Abraham Azofeifa (17 años), de La Cruz, señala que las personas políticas se centran en conseguir votos y dejan de lado temas sociales cruciales, como la salud mental. Por su parte, Johnny Díaz (19), de Cañas, comenta que, aunque en algunos distritos se promueve la participación juvenil, esta se limita principalmente a temas de cultura y deporte, dejando de lado los asuntos más relevantes. Marco Cháves (26), de Liberia, es contundente al afirmar que, en su opinión, los liderazgos no toman en cuenta a las juventudes "para nada".

Empleo: Desafíos y falta de oportunidades

La búsqueda de empleo se presenta como un gran reto para la juventud guanacasteca. Según Johnny Díaz, la principal dificultad es la falta de oportunidades para las personas sin experiencia, ya que las empresas no suelen darles la oportunidad de optar por un puesto. Abraham Azofeifa añade que la falta de diversidad laboral en la provincia, en contraste con la Gran Área Metropolitana (GAM), hace que el empleo, en gran medida, esté en dependencia de sectores como el turismo.

Marco Cháves identifica tres factores que influyen en la situación:

  • Entornos familiares: La posibilidad de preparación laboral depende del contexto familiar en el que se desarrollan las personas.
  • Ideología personal: La mentalidad y los deseos de superación de cada persona joven también influyen en su búsqueda de empleo.
  • Oportunidades laborales adecuadas: Existe un desajuste entre lo que se aprende en los centros educativos y lo que las empresas requieren, lo que dificulta la inserción laboral.

Ambiente: Problemas persistentes

En cuanto al medio ambiente, las personas jóvenes señalan varios problemas y proponen soluciones. Para Johnny Díaz, la principal dificultad es la falta de una cultura de reciclaje arraigada. Por su parte, Abraham Azofeifa menciona la dificultad de controlar la vasta extensión de la provincia, lo que provoca problemas como la gentrificación y las quemas forestales. Propone la creación de más empleos relacionados con la conservación.

Marco Cháves destaca la expansión urbana sin una adecuada planificación territorial, lo que genera problemas de deforestación, degradación del suelo y pérdida de biodiversidad. Sugiere dos acciones clave:

  • Garantizar la aplicación de la legislación sobre la expansión de zonas urbanas.
  • Trabajar en conjunto con las comunidades para que entiendan su rol en la conservación y el impacto de sus acciones.

Las juventudes guanacastecas demandan ser escuchadas y tomadas en cuenta en los debates que definen el futuro de su provincia, demostrando que tienen ideas claras y un profundo compromiso con los desafíos que enfrentan.

En Guanacaste somos agentes de cambio

Vivo en una zona costera, en un pedazo de tierra en Guanacaste, la provincia más sobreexplotada y gentrificada de Costa Rica. Una provincia que, para el gobierno, solo existe en julio, mes de la Anexión del Partido de Nicoya, o en septiembre, cuando la Antorcha de la Libertad Centroamericana entra al país por mi pueblo, La Cruz.

Somos una provincia abandonada por las instituciones, pero bien promocionada en ferias internacionales, congresos y campañas turísticas. Existimos para los partidos políticos únicamente  cuando hay elecciones nacionales, o gracias  al Aeropuerto Internacional Guanacaste (antes Daniel Oduber).

Somos una juventud resistente, que no se deja comprar por la ciudad disfrazada de oportunidades. Sí, hay experiencias… pero nunca serán como levantarse una mañana escuchando el “kreee-kreee-kreee” del bienteveo grande (Pitangus sulphuratus).

Somos jóvenes que nos preocupamos por el cambio climático, por la economía, por la gentrificación, por la destrucción de nuestro hogar. Levantamos  la voz en medio de mega industrias que intentan silenciarnos  donde el dinero y el poder pesan más que las ansiedades de quienes luchan por el futuro de su provincia, de su país.

Y, aun así, no estamos solos. Existen instituciones que nos respaldan desde las sombras, personas que nos guían a través de la crisis climática, de la injusticia social, de la falta de valentía. Sí alzamos la voz por un pueblo que resiste desde tiempos ancestrales, como lo hizo el cacique Nicoyán, o Nicoa. Ese que luchó contra los invasores, ese que dio su vida por nuestro Guanacaste  y cuyo legado nos invita a seguir resistiendo. La región arqueológica hoy lleva su nombre, La Gran Nicoya, ese que nos dejó de legado seguir resistiendo.

No somos el futuro, también somos el presente

Como presente, alzamos la voz sin pedir permiso, porque ya no es hora  de esperar a que las cosas cambien por sí solas. Desde este rincón costero de Guanacaste, donde cada atardecer es testigo de resistencia, no aceptamos ser solo una postal turística, un destino de inversión extranjera, o una línea en los discursos políticos durante las campañas. 

Somos mucho más

Somos hijas e hijos de la tierra, del mar, del viento caliente que sopla entre los árboles de la sabana seca. Somos quienes crecen escuchando al bienteveo, no desde un balcón de hotel, sino desde la lucha diaria por preservar lo que amamos. Somos quienes no podemos darnos el lujo de ignorar la crisis climática, porque la vemos en la sal que corroe los cultivos, en los ríos que menguan, en las playas que se llenan de concreto.

Alzo la voz por mi provincia, por mi gente, por las personas jóvenes que, como yo, sueñan con un futuro que no sea una ruina heredada. No queremos salvar el mundo solos, pero sí queremos que nos escuchen, que nos miren como lo que somos: agentes de cambio, voces que importan, y guardianes de un territorio que merece algo más que aplausos en julio.

Guanacaste no es solo playa, sol y folclor. 

Es lucha. Es memoria. Es dignidad.

Mientras tengamos voz, no dejaremos que nos borren del mapa ni de la historia. No somos el futuro, somos el presente, somos agentes de cambio en Guanacaste.

Escrito por: Melinda Gelena Rugama Umaña, Costa Rica. Agentes de Cambio 2025

Soy una joven de 18 años, vecina de La Cruz, Guanacaste; que a diario ve la difícil situación de mi población juvenil, que quiere crear un cambio positivo en la forma de pensar, y abrir puertas a más oportunidades de desarrollo personal, soy Guía y Scout, desde hace 6 años, y me interesa mucho el tema ambiental, espero que con esto mi voz llegue a muchas personas y podamos seguir teniendo redes internacionales para mejorar al mundo.

“«Tenemos que cambiar a los jóvenes de una actitud de ‘¿qué puedo recibir?’ a ‘¿qué puedo dar?’.» Robert Stephenson Smyth Baden-Powell (Fundador del movimiento Scout del mundo)

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